Entre lluvia e inesperado frío, llegó sin bombo ni platillo la Semana Santa de este 2018. Unos días vacacionales extraños, interlúdicos y, en este caso, plagados de días libres y obligaciones pendientes de índole laboral, familiar o académica. Hay una regla no escrita en esta página web de ofrecer a nuestros lectores las entradas espaciadas un máximo de cuatro días. Por lo tanto, era inevitable escribir ya la siguiente. Pero por los motivos previamente mencionados, además de una leve y creo que ya desaparecida desmotivación, no hallé el acomodo para hacer una crítica completa. Por tanto, con la excusa vacacional, he decidido experimentar. Una zarzuela de mariscos, menestra de verduras, un sandwich mixto: un tres en uno de algunas películas visionadas recientemente. Tres críticas de formato compacto, similar al que utilizo cuando cubro festivales, que es en el que posiblemente mejor me manejo. Este ha sido el resultado: disfrutad del juego.
La película con la que comenzaré esta entrada y que, en condiciones normales, hubiera merecido una crítica para ella sola, es la sensación cinéfila de las últimas semanas. Una película que recibió estreno comercial en salas en Estados Unidos pero que, tristemente, tenemos que conformarnos con ver en Netflix en el resto de Europa. Es la película de ciencia ficción Aniquilación, la nueva y esperadísima película de Alex Garland tras avasallar con su debut Ex Machina. Tras el inesperado regreso de su marido (Oscar Isaac), varios años desaparecido, en un estado indescriptible, la bióloga Lena (una huraña Natalie Portman) se integra en una improvisada cuadrilla de mujeres científicas para realizar una arriesgada expedición al interior de la Zona X y su resplandor: un campo electromagnético ultravioleta que se desplaza alrededor de una entidad llegada del cielo que modifica el terreno y los seres a su paso. Una película filosófica, ambiciosa y reflexiva, plagada de incógnitas de abierta respuesta. Una buena película, qué duda cabe. La realización es excelente, así como la banda sonora y la estética general del filme. Y algunas de sus secuencias son realmente sublimes. Pero en su conjunto, debido principalmente a su guión, es una película irregular. Lo ambiguo de las habilidades del resplandor produce que sus manifestaciones resulten aleatorias, y algunas de las escenas de acción o amenazas relacionadas con sus manifestaciones se sienten ruidosas y faltas de foco u objetivo. Pero el mayor problema de la película es su reparto, que brinda interpretaciones monocordes de personajes fríos e interacciones innecesariamente ariscas. El hecho de que sea una película sugestiva e hipnótica (con un excelente diseño sonoro) que además ofrece diferentes interpretaciones la hace diferente, personal y, por supuesto, recomendable. Pero no necesariamente mejor. Lo que es evidente es que, debido a la manera en la que está construida, verla en casa le hace perder mucha de su eficacia. Sin embargo, una buena película. Y una difícil de asimilar, que deseo revisar cuanto antes. Pero tampoco es la obra maestra que muchos proclaman.
- Título: Aniquilación/Annihilation
- Dirección: Alex Garland
- Guión: Alex Garland
- Actores: Natalie Portman, Jennifer Jason Leigh, Gina Rodriguez, Tessa Thompson, Oscar Isaac
- Dirección de Fotografía: Rob Hardy
- Música de: Ben Salisbury y Geoff Barrow
- Estreno: 12 de marzo de 2018 en Netflix
- Duración: 115 minutos
- Web Oficial: https://www.netflix.com/title/80206300
- Nota: 7,4/10
La siguiente película de este listado carente de cualquier rasgo en común es una cinta independiente alemana de género que no recibió estreno comercial en España: el thriller El síndrome de Berlín, dirigida por Cate Shortland. Una película cuya premisa es, como poco, intrigante. Clara (competente Teresa Palmer) es una turista australiana que, al poco tiempo de llegar a Berlín, empieza a salir con el profesor de inglés lugareño Andi (un inquietante Max Rienelt). Pero una vez vaya por vez primera a la casa de él, pronto descubrirá que esconde aviesas intenciones. Una tensa película sobre conflictos de géneros y espeluznantes desviaciones perturbadas del concepto de relación amorosa. Una película eficaz en tanto terror y crítica de un aspecto de nuestra sociedad aún vivo. Película de actores que funciona gracias a la entrega de estos, y realizada con un apreciable estilo, pausado y contemplativo, que ofrece escenas sensorialmente gratificantes. Pero es una película que no mejora lo que su sinopsis y un cortometraje a partir del mismo guión ya daría a entender. Una vez se plantea el conflicto y finaliza la primera media hora de introducción, el resto del filme se desarrolla carente de fuerza y perdiendo gradualmente el interés. Ni tan siquiera las desviaciones del terror a la resignación triste y romántica invigoriza el argumento. Pese al lógico comportamiento de Clara una vez se encuentra en su desesperante tragedia, y la lograda amenaza de su amante, la película nunca acaba de sentirse real, y la construcción de personajes a partir del guión no puede evitar que sean, inexplicablemente, sosos. En suma, una película correcta, con hermosos rasgos de estilo, pero también una intrascendente. Una vez leída su sinopsis, de alguna manera, es como si ya la hubieras visto.
- Título: El síndrome Berlín/Berlin Syndrome
- Dirección: Cate Shortland
- Guión: Shaun Grant, basado en la novela Berlin Syndrome de Melanie Joosten
- Actores: Teresa Palmer, Max Riemelt, Matthias Habich, Emma Bading, Elmira Bahrami
- Dirección de Fotografía: Germain McMicking
- Música de: Bryoni Marks
- Estreno: Sin fecha
- Duración: 116 minutos
- Web Oficial: https://www.eonehub.com.au/film/berlin-syndrome/
- Nota: 6,7/10
A finales del año 2016 llegó a las carteleras españolas un título estadounidense que no fue publicitado como debería. Y, por ello mismo, recibió una injusta mala prensa que no le hace justicia, contemplada con el tiempo. Hablamos del drama romántico de ciencia ficción Pasajeros, de Morten Tyldum. La Avalon, crucero espacial que transporta un cargamento de miles de personas, realiza un trayecto de 120 años en dirección a Homestead II, idílico destino colonial. Accidentalmente, un fallo mecánico de la nave abre la cápsula de hibernación de Jim Preston (un correcto Chris Pratt), despertándole en una gigantesca nave 90 años antes de la previsto con la única compañía de un androide camarero (un simpático Martin Sheen). Ante este descorazonador porvenir, Jim deberá decidir si pasa el resto de su vida en soledad o en la compañía de Aurora (una Jennifer Lawrence correctísima una vez más), periodista de la que ha quedado prendido. Una película que la gente fue a ver esperando ciencia ficción seria, o catastrofista, cuando en realidad es una cosa bien diferente: un drama romántico, un romance clásico en un medioambiente espacial. Y esta decepción de sus expectativas, quizás por un marketing errado, produjo una recepción tibia y un desprecio crítico absolutamente merecido. No es ni mucho menos una gran película, pero sí una muy disfrutable. Buena premisa, excelente diseño de producción y hermosa banda sonora del infalible Thomas Newman. Y la primera hora funciona muy bien. Peca de cosas muy obvias y molestas, como una insistencia ridícula en glamourizar constantemente el aspecto de sus hermosos y sobresexualizados protagonistas. Y el conflicto del tercer acto, que surge como amenaza para forzar el reencuentro, es enrevesado, inverosímil y absolutamente insípido. Y dentro de los márgenes del romance, no sale de la zona de confort del estereotipo hollywoodiense. Pero considerando que pretende ser cine de entretenimiento ligero y tierno para amplias audiencias, cumple en este campo sobremanera. En absoluto memorable, pero extremadamente correcta, entretenida y entrañable.
- Título: Pasajeros/Passengers
- Dirección: Richard LinklaterMorten Tyldum
- Guión: Jon Spaiths
- Actores: Chris Pratt, Jennifer Lawrence, Martin Sheen, Laurence Fishburne, Andy García
- Dirección de Fotografía: Rodrigo Prieto
- Música de: Thomas Newman
- Estreno: 30 de marzo de 2016
- Duración: 116 minutos
- Web Oficial: http://www.sonypictures.com/movies/passengers/
- Nota: 7,1/10
Y esto ha sido todo lo que ha deparado esta primera y, esperemos, última edición de la Zarzuela de Pascua. Ha sido un divertido y grato experimento, pero dudo que lo haga más a menudo, exceptuando anómalos casos de desmotivación. Pronto volveremos con una crítica completa de una, esperemos, gran película. Hasta entonces, disfruten del cine.