Tras probar suerte por vez primera hace ya dos años, este 2021 llegó el momento de frecuentar la Cineteca de Matadero y la infame Sala Equis para picotear de algunas perlas de la programación de uno de los Festivales más singulares de la capital española: el Festival Márgenes de Cine Independiente. Una selección heterogénea de títulos minoritarios y formas y narrativas poco convencionales que se pusieron al alcance de los madrileños meses antes de sus hipotéticos estrenos (que, en el caso de muchas de ellas, no sucederán nunca). Un desembarco de muchos títulos que pudieron verse apenas unos días en el Festival de Cine Europeo de Sevilla del cual servidor sólo vio dos títulos, pero muy bien escogidos. Una de las mas gratas sorpresas de la programación del certamen andaluz, y uno de los títulos más aplaudidos por la crítica del circuito de festivales de 2021 desde su presentación en el pasado Cannes. Aquí la cobertura del XI Festival de Cine Márgenes.
El 18 de noviembre a las 22:00 de la noche en la infame Sala Equis de Madrid la italiana Atlantide de Yuri Arancani, trabajo incluido en el apartado de No Ficción de la Sección de Nuevas Olas del Festival de Sevilla y que vio la luz en la siempre interesante Sección Orizzonti del Festival de Venecia. Un jovial, liberado y etéreo ejercicio de flexibilidad de los códigos de no ficción. Un estilizado, irreverente y sensual mosaico de la desidia veraniega que invade a los jóvenes de clase humilde de las islas que rodean a Venecia. Una suerte de película de carreras de coches y huidas de la policía pero sobre barcas y sin las ataduras de una narrativa tradicional propia de la ficción. Una de esas películas que lo apuesta todo al deleite plástico, al molar, y cautiva plenamente en este registro. Río audiovisual plagado de fugas y remansos que halla sus grandes fortalezas en sus elecciones musicales, marcando el tono gamberro a través del trap, y en un encomiable trabajo de casting que seleccionó caras naturales y rudas, lejos de la ortodoxia del audiovisual tradicional. Un filme que muchos considerarán arbitrario o efectista, o que desesperará a aquellos que busquen atenerse a un relato definido, pero a todos aquellos que gusten de arrastrarse y experimentar no se encontrarán con una gran película, pero sí con una realmente recomendable.
El 20 de noviembre acudí a la Cineteca de Matadero para formar parte de una abarrotada proyección del título más esperado de la programación: la colombiana Memoria, drama protagonizado por Tilda Swinton y dirigido por el venerado creador tailandés Apichatpong Weerasethakul que hizo las delicias de la crítica en el pasado Festival de Cannes, dónde formó parte de la Sección Oficial y se hizo con el Gran Premio del jurado Ex-aequo con Ahed’s knee de Nadav Lapid, la cual ardo en deseos de ver. Una íntima, desafiante y sensorial propuesta de conexión emocional y audiovisual con lo telúrico y las vidas pasadas y presentes. Un críptico y calmo ejercicio de introspectivo viaje solitario a través de la vinculación a la capa soterrada de sonidos del universo. Una singular propuesta en sintonía con los códigos del cine fantástico que bien podríamos considerar la más experimental película de superhéroes, si no la más cifrada y sutil de las invasiones alienígenas. Un ejercicio a fuego lento de suma paciencia y enorme recompensa, que discurre apoyado en la conexión con lo más profundo del tejido terráqueo (de lo más interno a la inmensidad lejana de las estrellas) y en el impacto psicológico de las reverberaciones acústicas, en una odisea en búsqueda de un diálogo con la memoria a través del eco. Un trabajo de elegante fotografía contrastada de planos de larga duración y precisa disposición del espacio en la enunciación de encuadres, sin por ello deslucir el desgarrado trabajo interpretativo de Tilda Swinton. Uno de esos títulos desafiantes de los que es muy complicado hablar, pero de honda capacidad de sugestión.
Apenas dos jornadas con tan solo un aperitivo de lo variado e interesante que se pudo ver por la capital esos días, pero sendas experiencias cinematográficas realmente estimulantes. Dos poderosas propuestas que lamentablemente no se proyectarán con frecuencia en la gran pantalla en los próximos meses, pero que desde esta web recomendamos con entusiasmo que luchen por ver tan pronto como tengan oportunidad.
Comentarios
Sala Néstor su crítica de adjetivos desconcertantes. ¿A qué viene llamar infame a la sala Equis?