Guste o no, es una realidad innegable que las historias de éxito siempre vuelven. Los relatos clásicos son adaptados una y otra vez en la gran pantalla, y a nivel comercial es una estrategia golosa revisitar años después una película aplaudida. Una corriente esta que acostumbra a dar frutos pobres, con pocos filmes que realmente superen al original. Pero no todo remake es réplica sin ingenio de una obra previa, sobre todo dependiendo desde el momento geográfico e histórico desde el que sean afrontados. Y hay que poner en la balanza lo que el creador que se halle detrás pueda aportar, más aún si es una voz con mucho que decir. Y el padre de este proyecto tiene suficiente prestigio como para calar audiencia por sí solo. Es un placer para nosotros hablar de la esperada Suspiria, nueva versión del clásico de Dario Argento dirigida por Luca Guadagnino. Director que ganó adeptos desde el año pasado gracias a su excelente Call me by your name. Su obra aún es breve, por lo que aún seguirá creciendo y evolucionando, y es razonable que las expectativas ahora que debe capear los medios y las opciones desde la cresta de la ola. Cuando llegó la noticia de que su siguiente trabajo sería el remake de una película tan venerada, fue recibido con un comprensible escepticismo general pero también con marcado entusiasmo, siendo una de las películas más anticipadas del año. Entusiasmó a Tarantino y compitió en la Sección Oficial de Venecia, donde entusiasmó pero recibió una acogida generalizada dividida. Por ello acudimos al pase de prensa con dudas y escepticismo, pero con suficientes datos como para esperar al menos una película interesante y ambiciosa. Y el resultado fue una sabrosa sorpresa. Una sorpresa, efectivamente, arriesgada, muy distanciada de la de Argento, excesiva en sus intenciones narrativas y aquejada de su carencia de sutilidad, pero artísticamente arrebatadora, seductora y perturbadora. Una película polémica que hallará detractores por doquier, pero que tiene aquí unos entusiastas defensores. Una estilizada mirada al horror mitológico que se encuentra entre mis mayores disfrutes del año.
Año 1977 en la dividida Berlín. La joven bailarina norteamericana Susie Bannion (Dakota Johnson) llega para formar parte de la prestigiosa escuela de danza Markos, donde recibirá lecciones de Madame Blanc (una Tilda Swinton excelente una vez más). Pronto adquirirá un papel protagonista en la próxima obra, en un ambiente tenso tras la huida de una bailarina, Patricia (Chloë Grace Moretz), que recurre a la ayuda de un anciano psicoterapeuta. Susie y su compañera Sara averiguarán que, como bien temía Patricia, la escuela esconde misteriosos secretos, y sus profesoras y mujeres responsables tienen aviesas intenciones con Susie. Una película radicalmente distinta en forma y desarrollo argumental al colorido giallo de Argento, apostando más por el horror psicológico con carga melodramática. Un largo viaje de look setentero sobrio y refinado, pero desgarradora y abofeteante en su faceta demoníaca y sobrenatural. Tratado sobre el empoderamiento y la dolorosa carga e influencia de las madres a través de una historia de brujas atávicas que hechizan cuerpos y realizan aquelarres. Excelsa fotografía, deslumbrante banda sonora, gran trabajo de su reparto y secuencias que quitan el aliento, múltiples instantes de vasta belleza. Ocre largometraje viciado, ambicioso, excesivo, personal, que trata los temas de la otra Suspiria desde otras coordenadas y, aún sin superarla, abrumando al espectador de la misma manera. Una rica experiencia.
Allí donde la película original predominaba sobre la estética sobre un argumento endeble que dejaba a la imaginación, aquí la brillantez formal no es óbice de que se extienda en el argumento de brujería, declamando todo en voz alta y sin dejar nada a la interpretación. Lo cual, considerando su aspecto grotesco y fantástico, inevitablemente hortera, supone un choque con el tono hondo de un filme que se toma a sí mismo en serio. Esto queda evidenciada en una última media hora potente pero a la que Guadagnino le pierde un poco el control, arruinando levemente todo lo que vino antes. Y aún legitimado por el horror, el estilo del filme no necesitaba de algunos momentos gore o explícitos que desagradarán al espectador. Sin duda una película algo desagradable, que por ella será polémica y no tendrá el favor de muchísimos espectadores.
Elegante, inquietante y magnética, Suspiria es una rebasada e incómoda revisión terrorífica que crea su propio rumbo y experimenta en un tratado de la maternidad ejecutado con un gusto intachable.
- Título: Suspiria
- Dirección: Luca Guadagnino
- Guión: Dave Kajganich, inspirado en un argumento de Dario Argento y Daria Nicolodi
- Actores: Dakota Johnson, Tilda Swinton, Chloë Grace Moretz, Mia Goth, Jessica Harper
- Dirección de Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom
- Música de: Thom Yorke
- Estreno: 05 de diciembre de 2018
- Duración: 152 minutos
- Web Oficial: http://diamondfilms.es/suspiria/
- Nota: 7,8/10