A principios de octubre tuvo lugar una nueva edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges. Por segundo año consecutivo, también tenía lugar en paralelo una edición online, con algunos títulos de la programación disponibles bajo pago en una plataforma digital del festival durante la duración del mismo. Gracias a esto, pude ver con unos amigos algunas películas, y aquí os dejo mis reflexiones.
Eight for silver de Sean Ellis
Virtuoso el trabajo lumínico de neblina y paleta mortecina el que ofrece la estimable Eight for silver. Sus personajes se desarrollan con mucha pobreza, y no acaba de explotarse la amenaza lobuna, pero muy elegante su manera de jugar con los elementos iconográficos de la licantropía desde el guion. Crítica colonial en un elegante cóctel de producción de época y terror de formas clásicas.
Elegante manera de revisar la mitología lupina la que plantea Sean Ellis en Eight for silver. Desvaída a nivel emocional, falta de brío terrorífico y expresivo, virtuosa en su fotografía. Hibridación medida de cine de género y drama de época.
Here before de Stacey Gregg
Cuánto podrían aprender algunos cineastas de la manera de enfocar la tragedia escogida por Here before, induciéndola de manera implícita en el tenso relato. El desarrollo narrativo no está todo lo pulido que demanda su sutil tono, y algunos instantes de su puesta en escena persiguen un efectismo endeble, pero que atmósfera misteriosa tan eficaz, y que presencia tan magnética la de Andrea Riseborough.
Sabia decisión la de Here before al tratar el trauma y el vacío perturbador de la pérdida como un suspense soterrado. La atmósfera enrarecida pierde fuerza conforme se despeja el argumento, y algunas decisiones formales resultan muy aparentes, pero su sensibilidad es encomiable.
Tres de Juanjo Giménez Peña
La rompedora originalidad de su premisa es motivo suficiente por sí sola para ver la magnífica Tres. Pero además Giménez le añade un desarrollo de cuidada delicadeza, jugando con los códigos del lenguaje cinematográfico al servicio de una historia evocadora en términos de fantástico, de tragedia familiar e incluso de melodrama.
El concepto original sacude con fuerza en la portentosa Tres. Pero Juanjo Giménez no se conforma con esto, construyendo una elegante atmósfera intimista para aprovechar al máximo las herramientas del fantástico en la descripción psicológica del personaje de Marta Nieto.
The feast de Lee Haven Jones
Pocos títulos más incómodos he visto en los últimos años que The feast. Debuto en el cine galés con un título de ejecución despiadada, quirúrgico al desagradar. Su iconoclasta crítica ecológica hacia la estupidez de los nuevos ganaderos no cala todo lo que podría debido a la ambigüedad de su narración y lo gratuito de tantas instancias de su provocación.
Haven Jones logra su objetivo en The feast: su película es realmente incómoda y repulsiva. Hay un subtexto atractivo con la venganza de la madre Tierra hacia la necedad ecologista. Supone una rémora la desconexión con los personajes y la arbitrariedad de sus propuestas formales.
The power de Corinna Faith
Traumas y violencias de la feminidad agrupados en un relato de formas de terror modélicas en The power. Juego con escenarios iconográficos (hospitales, años 70, posesiones) tan cohesionado como endeble en su ejecución, acomodado en un libro de estilo impersonal y sobado.
La oscuridad como vehículo para el encuentro con tragedias femeninas en The power. Aunar el escenario de hospital de los 70 con sororidad y lenguaje sobrenatural tiene ingenio, pero su ejecución es muy débil, incapaz de dar imágenes de peso o salirse de convenciones estilísticas.
El caballero verde de David Lowery
Sorprendente resulta el enfoque que David Lowery escoge para revisitar las leyendas artúricas en The Green Knight. Efervescente manierismo fílmico y pausado tempo para preservar la esencia del código moral de los caballeros en una propuesta densa, impredecible e hipnótica en lo que a su entramado audiovisual se refiere.
Ambicioso, ambiguo y desconcertante el acercamiento a la fantasía medieval que propone El caballero verde. Odisea introspectiva sobre los dilemas del honor apabullante en su aparato formal en el que resulta más convincente el cierre emocional del viaje que sus etapas por separado.
Sound of violence de Alex Noyer
Una posibilidad para desafiantes juegos visuales con la sinestesia de su protagonista, y un perfil de asesino con amplio potencial para cimentar una franquicia. Ambas cosas podrían haber germinado en Sound of violence. El filme se conforma con funcionar medianamente como divertimento gore, pero no deja de ser una propuesta intrascendente, bastante torpe a nivel audiovisual.
Hay una idea de partida sugerente en Sound of violence. En manos de un realizador con talento tendríamos un filme que juegue con imagen y sonido, o el germen de una gran jugada comercial. Alex Noyer se conforma con un entretenimiento ligero, ejecutado con suma desidia.
Dos días apretados en programación con algunos títulos mediocres pero con variedad, sugerencias temáticas y dos de las grandes películas del 2021. Esperemos que en el futuro sigan manteniendo la opción online para que podamos disfrutar del festival desde la distancia.
Comentarios
A Néstor le pasa como al Festival de Cine de Sitges; es siempre fantástico .