Durante el primer trimestre del año asolan la taquilla española las diferentes películas nominadas en los óscar, pero por razones ajenas a la calidad intrínseca algunas películas son ignoradas por la distribución. Este fue el caso de la muy estimable Ciertas mujeres, y también ha sido el caso de otra película centrada en la femineidad: la dramedia Mujeres del Siglo XX, escrita y dirigida por un Mike Mills que ya nos deslumbró con Principiantes. Conforme lo descubrí no cupe en mí de asombro, pues el director, el reparto, el tema y los aplausos recibidos en ultramar eran más que suficientes para poder garantizarle a esta película una mínima vida comercial. Ya desde sus primeros tráilers captaron mi atención, y tras el primer recibimiento crítico en Iberia tuve claro que me hallaba ante un proyecto especial que debía degustar con premura. Y ni siquiera mis mejores expectativas me prepararon para lo que iba a encontrar. Una película vivaz, divertida y optimista, que mira al pasado con aprecio y retrata con acierto incisivo las relaciones humanas y sus pormenores, en una historia de trama nada revolucionaria pero sobresaliente en su construcción, que mediante un gran envoltorio, guión y personajes implica al espectador en una de las películas del año.
Santa Bárbara, 1979. Dorothea Fields (una excelente Anette Bening), madre divorciada, vive con su hijo adolescente Jamie (Lucas Jade Zumann, estupendo) en una pensión familiar. En un momento física y emocionalmente complicado y alejado cada vez más de él, decide recurrir a la ayuda de un par de mujeres de la confianza de Jamie: la inquilina de la casa Abbie, fotógrafa veinteañera aficionada al punk (una confundida y enérgica Greta Gerwig), y la vecina y amiga de Jamie Julia (una Elle Fanning en racha de excelencia), una adolescente que triunfa con los hombres y duerme con él sin acceder a tener sexo, para que le guíen en la entrada a la madurez y le ayuden a ser un hombre bueno. Estas mujeres establecerán intensas relaciones de libertad y feminismo con él, mientras ella profundiza en su relación con el mecánico y alfarero William (Billy Crudup), que también vive en la casa. Una película sobre personas y su manera de amar y de relacionarse entre sí que reflexiona sobre el activo clima de una época a través de una construcción formal juguetona que aúna narraciones en off de los personajes rompiendo el espacio tiempo con un intenso uso expresivo de la música y las imágenes de archivo. Una película sobre el trato a las mujeres, las diferencias generacionales y los cambios culturales que aboga por la naturalidad por bandera y por la futilidad de las existencias cotidianas. La fotografía de Sean Porter y la música de Roger Neill se aúnan con la música de Benny Goodman y Talking Heads con grabaciones y estampas de relevancia histórica para ponerse al servicio de un quinteto de actores en estado de gracia y un realizador fino que enmarca con gusto un escenario hermoso recreado con brillantez y poblado con elementos expresivos acertados y que respiran personalidad, autenticidad y nostalgia bien entendida. Un mosaico poliédrico que retrata un momento, un clima y unas angustias específicas, así como los cambios de comportamiento social y sexual que se produce en los saltos generacionales.
Si abarca múltiples temas y reflexiona sobre cuestiones culturales diversas, muchos podrán criticar esta película por carecer de foco o por presentar un argumento sin un objetivo determinado. Su estilo narrativo bien puede malinterpretarse como postureo hipster o desenfadado cinismo narrativo muy a la moda en este siglo que elevan el interés de un material pobre, pero en esta ocasión este dispositivo no se oxida tras el primer cuarto de hora sino que discurre de un modo orgánico gracias a un relato basado en hechos reales plagado de alma y matices, que pese a no centrarse en una historia concreta refleja unas vidas tan complejas y sinceras como las de cualquiera. Una historia sobre nosotros y nuestra identidad sexual que repelerá al que no guste de verse reflejado.
Tierna, humanista, estilosa y sensible, Mujeres del Siglo XX es una película acertada en el plano sociológico, y tanto para los que gustan del cine que habla de nosotros como para los que no, una película excelente. 8,3/10
Comentarios
Me encanta como trata todos los aspectos de la película.Gran sinopsis y ganas de ver la pelicula.