Midnight special – Homenaje elegante y escaso

En 2016, Cine, Críticas by Néstor JuezDeja un comentario

Aquellos fieles seguidores de Celuloides en remojo sabrán que soy un incondicional del cine de Jeff Nichols. Aún contando a sus espaldas con una filmografía escueta, Take shelter y Mud se encuentran entre las mejores películas de la última década. Y tras cuatro años de parón, retornaba este 2016 con fuerza, estrenando dos películas (de momento se desconoce la fecha de estreno de la anticipadísima Loving). La primera de ambas, la que nos ocupó, fue presentada en la ultima Berlinale, donde pasó desapercibida. Y tristemente, lo comprendo. Me dispongo a analizar una película muy competente, con notorias cualidades narrativas y formales que evidencian el buen hacer de un gran cineasta. Pero el conjunto, escaso y falto de fuerza, no queda a la altura de su obra previa. 

midnight-special-trailer-2Lucas (Joel Edgerton) y Roy (Michael Shannon) huyen de la justicia escondiendo al prodigioso niño Alton (un desconcertante Jaeden Lieberher), en búsqueda por el gobierno. Huyendo de manera clandestina, se dirigen en una camioneta al encuentro con su madre (Kirsten Dunst), la cuál les ayudará a que su poderoso y superdotado de habilidades vástago ejecute su misión. Transformado en un símbolo religioso y una figura redentora entre las gentes de la parroquia de su barrio de origen, sus superpoderes crean en el gobierno la sensación opuesta, catalogándolo como un arma nuclear. Y mientras el ejército ejecuta la ofensiva, un joven científico de la NSA (un fascinado Adam Driver) estudia los secretos escondidos en los sermones del padre Calvin (el común en el cine de Nichols Sam Sephard), que le llevarán al lugar de destino al que se dirigen nuestros fugitivos protagonistas. Una película que se presenta, con su fantástico (de no realista) punto de partida, muy diferente a las temáticas previas del realizador. Pero que se asemeja mucho en ejecución. La dirección de Nichols se erige como la gran virtud de una película filmada y editada con garbo, logrando mantener el interés y la expectativa de la audiencia durante el desarrollo de una historia muy personal, abierta a las reflexiones individuales y tolerante a que el espectador llene los huecos con leves pinceladas de información. Las virtudes del filme se hallan en el desempeño de su equipo técnico, desde la edición de Julie Monroe hasta la fotografía de Adam Stone o la banda sonora de David Wingo. La forma al servicio de una película pequeña y modesta, un homenaje personal a E.T. y a cierto cine de entretenimiento de los 80, pero narrado desde un tono más serio, un thriller directo con secuencias de acción portentosas y elementos de película de carretera. Nada está mal ejecutado, y el filme no presenta negligencias. Acepta de buen grado, además, la arriesgada tarea de afrontar la moda de los superhéroes desde una perspectiva dramática e íntima, dirigido a público de cine de autor más que a la masa mayoritaria. Y de nuevo, el centro son personas humanas, una familia disfuncional que sólo puede asirse al apoyo como último recurso.

Si el Nichols realizador acierta, el Nichols guionista no afina. Tampoco emocionan unos intérpretes acostumbrados a rendir a más alto nivel. Y si intriga el origen genético de Alton, el plan que oculta, su panoplia de habilidades y las intenciones gubernamentales, la decisión creativa de dejar en la ambigüedad las habilidades de Alton le restan interés a todo ello (aquello que la NSA obtiene a regañadientes de sus entrevistados deviene en la información argumental más suculenta del filme, junto con la decisión final del infante). Pero lo más importante es que, a nivel emocional, el filme resulta frío, y los personajes, que conocemos levemente, no consiguen que conectemos con sus problemas. El filme tiene garra audiovisual, pero poca garra dramática. El alma del producto referencial se siente desvaída. 

Con ya cinco filmes en su haber, Jeff Nichols se está destapando como uno de los grandes cineastas de nuestro tiempo, y la película que nos ocupa da sobradas muestras de su talento, pero este ejercicio multigenéro resulta, en prácticamente todos los sentidos, escaso. 7/10

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