Por mucho que uno ponga empeño y vea numerosas películas a lo largo de cada jornada, es imposible que uno vuelva de Festivales como el de San Sebastián sin que se la hayan escapado algunas películas. En mi caso, un puñado de la Sección Oficial; las perlas son demasiado tentadoras. En su mayoría se trató de películas menores, de esas que no cambia tu vida si no las ves. Pero una de ellas, olvidada en el palmarés por el jurado, fue aplaudida con todo tipo de loas por la crítica. Y medio año después, ha llegado la oportunidad de verla en nuestras grandes pantallas. Hablamos de El león duerme esta noche, primera película en más de ocho años del prestigioso realizador japonés afincado en Francia Nobuhiro Suwa. Película adorada por la crítica especializada y los adeptos del cine de autor más libre y ajeno a las ortodoxias y convencionalismos narrativos. Del mismo ya vi Yuki y Nina, película muy apreciable y tierna pero que tampoco estimé que pudiera cambiar la vida de nadie. Por la sinopsis y aspecto visual, la película que nos ocupa no me invitaba al alborozo. Pero ante tanta fascinación cercana, tuve claro que debía verla, y me sumergí en la oscuridad de la sala tan pronto cómo se estrenó por el temor de que retiren pronto tan anómala propuesta. Y si bien disfruté de esta película y supe apreciar sus numerosos aciertos, esta no llegó a entusiasmarme en ningún momento. Es una película entrañable en sus temas e ingenioso en sus juegos de espejo y metanarración, pero críptica en sus códigos para una audiencia amplia y cercana en múltiples instantes al tedio.
Jean (el mítico Jean-Pierre Léaud) es un veterano actor que está rodando una película al sur de Francia. Trabado ante la escenificación de su propia muerte, el rodaje entra en un parón semanal por crisis emocional de una actriz, tiempo durante el cual él aprovecha para visitar el pueblo y el castillo en la campiña en el que vivía una antigua amante malograda que amó en los 70. En este espacio, un grupo de niños del pueblo intentan grabar una película veraniega, y desean que Jean la protagonice. Un relato asceta de cine dentro del cine, memoria, nostalgia del pasado y reencuentros espectrales. Ejercicio extraño sobre la muerte y el contraste vejez/infancia delicado y temáticamente rico. Se rueda una película en este relato, y la película casera que Jean rueda con los niños es una versión en miniatura de la experiencia que está viviendo en esta casa veraniega. Jean que, por supuesto, es un sosias del propio Léaud, devenido en veterano y decrépito actor lleno de recuerdos e historia que clausura su rumbo reuniéndose con niños parecidos a aquel que empezó todo, el mítico Antoine Doinel. Muy correctas interpretaciones, acertada elección musical y hermosa fotografía, que brinda un puñado de secuencias excelentes. Banquete selecto de discurso referencial cinéfilo elegante y asceta que de manera precisa y agrada y ofrece elementos para que los teóricos más sabios se regocijen.
Allí donde el conjunto de ideas y sensaciones sugeridas son interesantes y jugosas, la consecución de todas ellas es cómo poco insuficiente. El filme es sencillo pero también flaco, falto de un último empuje emocional y narrativo. Le falta impacto, es un ejercicio formal y conceptual sugerente pero que tan sólo se queda en un estadio previo de reflexión, sin llegar a ahondar del todo en sus frentes abiertos. El grupo de niños, alguno de ellos con subtrama familiar, quedan en un segundo plano desdibujados y con poco interés. Cómo también queda reducido a un apunte el rodaje original de Jean y su bagaje artístico previo, y si el romance con Juliette (Pauline Etienne) es inquietante y reconfortante, nunca llegamos a saber lo suficiente cómo para implicarnos en la tragedia de Jean. Un personaje que no tendría ni dos tercios del peso que tiene si no contará con el bagaje que aporta el contexto profesional de Léaud. En suma, una película sugerente y simpática pero escasa, y de tan trémulo ritmo y anárquica sucesión de escenas que no es posible evitar que el tedio nos inunde en buena parte del metraje.
Hermosa, tierna y poética, El león duerme esta noche es un relato rico a nivel didáctico y temático, pero también una película exigente falta de un remate poderoso que redondee la experiencia.
- Título: El león duerme esta noche/Le lion est mort ce soir
- Dirección: Nobuhiro Suwa
- Guión: Nobuhiro Suwa
- Actores: Jean-Pierre Léaud, Pauline Etienne, Arthur Harari, Maud Wyler, Jules Langlade
- Dirección de Fotografía: Tom Harari
- Música de: Olivier Marguerit
- Estreno: 27 de abril de 2018
- Duración: 103 minutos
- Web Oficial: https://distribucion.numax.org/es/peliculas/leon
- Nota: 7,3/10