En este curso 2024-2025 heredo el puesto de Editor de Cinema Ad Hoc, además de seguir colaborando en ella. En esta ocasión, escribo sobre una nueva propuesta del cine de autor escandinavo: La Tutoría de Halfdan Ullmann Tøndel. Disfrutadla:
Rencores enquistados
Una de las narrativas más asentadas del circuito festivalero del último lustro es la consolidación del músculo empresarial de la cinematografía escandinava, la cual deja títulos en las secciones más importantes de los Clase A, y recibiendo además estrenos comerciales muchas de ellas. En el caso de la película que nos ocupa, la presencia en el cast de una estrella emergente de moda en el cine europeo allana el interés para que Avalon haya decidido estrenarla, curiosidades del destino, el día de los enamorados. Tras hacerse con la Cámara de Oro (el premio a la Mejor Ópera Prima) del pasado Cannes y ser bien recibida a su vez en la última Seminci, llega el turno de que los espectadores evalúen La tutoría, dirigida por Halfdan Ullmann Tøndel y protagonizada por Renate Reinsve.
Una propuesta intensa, ambigua y esquiva, que fuerza al espectador a tomar un rol activo durante la proyección y a plantearse incómodas preguntas en el coloquio posterior. Es también cierto que, en su adhesión a la sugerencia, el filme nunca llega a ofrecer frutos completos, y la escasez de información le impide alcanzar la complejidad emocional que sus recursos formales invocan.
Ya desde sus primeros compases queda evidenciado que la principal prioridad de Tøndel es la construcción atmosférica, delimitando desde la puesta en escena y el diseño de sonido unos espacios diegéticos que han de entenderse mas como la manifestación física de los tormentos psicológicos de la madre interpretada por Reinsve que como un escenario realista. El contraste de la belleza forestal de los entornos colindantes con el coche recorriendo a toda velocidad una carretera solitaria y, sobre todo, los solitarios pasillos de una escuela donde resuenan los pasos con estruendo y los pocos allí presentes sudan profusamente dotan al relato de una riqueza sensorial y unas texturas audiovisuales densas e intrigantes.
El enorme edificio en claroscuro sirve sin embargo como claustrofóbica cárcel para seis personajes condenados a no entenderse, actores de una citación aparentemente precisa pero que encapsula en su interior la reactivación de batallas pretéritas imposibles de contener en una hora. La inmersión de este lugar en planos sombríos donde tan solo el silencio acompaña los ecos distantes, los sonidos reverberados o la densa atmósfera sonora es el elemento más poderoso de la estimable puesta en escena de la propuesta, demostración del talento único del cine para horadar con precisión en las áreas más hondas de la psique.
El filme demanda mucho por parte de Reinsve, y esta no especula echándose el filme a sus espaldas. Su personaje, ambivalente e histriónico, así como sincero diciendo aquello que piensa y reaccionando sin tapujos cuando no concuerda con lo que oye, es el motor que impulsa y guía el filme, desde su primeros minutos más narrativos a su tercer acto de abstracción y angustia en bucle destructivo. Un ejemplo claro de la importancia del rostro y la mirada en las interpretaciones para reforzar los requiebros de la dicción o la vehemencia en la declamación de los diálogos. El personaje hace las veces elemento pulsional de conducta impredecible, que sirve de puerta de acceso para el espectador en el laberinto de perversión.
Trillado tal y como está en el cine la esfera escolar desde unos ángulos efectistas muy concretos, que la decisión de articular este universo infantil como reflejo canalizador de los conflictos de sus figuras paternas resulta refrescante, e impulsa en potencia discursiva el metraje al menos durante sus primeros compases. Desaparecidos no en vano de la ecuación, tan solo mencionados y apenas visibilizados en una fotografía crucial, esos niños por cuyo bienestar dicen afanarse no son sino la excusa para arrojarse a las caras los trapos sucios escondidos bajo sonrisas y protocolos. La relación entre sendas mujeres se traza como la más plagada de riqueza y resentimiento por descubrir, y las pocas secuencias de miradas cruzadas acumulan más tensión que las confrontaciones verbales directas.
Construida en fuga gradual hacia la abstracción psicológica y la rememoración hostil en bucles, resulta creativa las maneras que encuentra el equipo creativo de representar cinemáticamente dichas angustias, anclando estos rencores y heridas al cuerpo y abrasivas manifestaciones. La gesticulación, lenguaje corporal explosivo y coreografía desquiciada en conjunción con el espacio brinda instantes de potencia plástica cercanos a la danza contemporánea en su cariz experimental. La película lo debe todo a la fuerza estética de su planificación audiovisual, y esta escoge de manera sorprendente pero acertada poner la mirada en esta contienda verbal de hipocresías familiares en el desborde del cuerpo, entregado en su intento frustrado de huir de la prisión.
Pese a la concreción argumental, resulta especialmente frustante la incapacidad del filme para ahondar en la relación entre las dos madres, o la conexión entre la madre de Armand y el padre de Jon. Se vislumbra una infancia conjunta entre las paredes de dicho instituto por parte de los padres de los niños enfrentados que nunca llegamos a conocer más allá de un puñado de meras sospechas. Es un filme rígido y, por su naturaleza velada, enjuto, que se atora en círculos y no crece con determinación una vez definidas sus preguntas nucleares.
Estridente, teatral y revirada, La tutoría se afana siempre en desarrollar su narración alejada de la convención o la literalidad, y muestra personalidad en cada decisión estilística. Su ambición narrativa abordando temas cotidianas la hacen destacar con respecto al resto de la cartelera, y confirma el estado de forma de Renate Reinsve, pero su frialdad y hermetismo, acompañados de la ambigüedad difusa con la que quedan perfilados sus conflictos inexplorados, conllevan que la experiencia final del visionado sea tan sugerente como agridulce.
Néstor Juez
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