Tras casi dos meses volví a un pase de prensa de Surtsey Films en el Instituto de Cine Francés. En esta ocasión fue para ver una película de la que nada sabía y que escasa relevancia venía teniendo hasta ahora en el circuito festivalero, pero que me recomendó con entusiasmo mi amigo Jorge Fernández-Mayoralas, de Cine y sé feliz. Y que, además, había sido elegida por su país como su representante en la selección de mejor película en lengua extranjera de los próximos Óscar: el drama homosexual sudafricano La herida, dirigida por John Trengove y vista en festivales como Berlín o Sundance. A priori, una suerte de Luz de luna con el añadido de interés étnico de elementos tribales africanos. Una película que a priori podía pasar desapercibida entre la cinefilia por temáticas cercanas al sensacionalismo, pero que no presentaba elemento alguno para sospechar desilusiones, por lo que sólo se podía encarar este pase con motivación. Y fui afortunado, al saborear en plenitud de condiciones de un filme notable. Un filme que no transgrede (a los curtidos en cine de esta temática) ni fascina por su trama, ni trastoca por su forma, pero que está construido con elegancia, saber hacer y contundencia, sumergiendo al espectador en un visionado poderoso.
El solitario y humilde Xolani (un contenido Nahkane Touré) vuelve cada año a su aldea para formar parte como tutor de un peculiar rito iniciático tradicional de su comunidad de color: los muchachos que entran en la mayoría de edad son pintados de blanco, circuncidados y retenidos en el bosque con la mirada atenta de sus tutores durante unos meses de vida agreste en los que la herida sana y ellos se hacen hombres. Durante estos días Xolani puede dejar de actuar y, a escondidas, desatar su pasión con otro tutor, Vija (el tempestuoso Bongile Mantsai). Pero este año, en el que el iniciado de Xolani, Kwanda (Niza Jay Ncoyini) también sentirá pasión por X, la sospecha se propagará entre la comunidad y el pequeño oasis se irá al traste. Una historia cruda y directa, realista pero sin perder la elegancia esteticista en la puesta en escena, de homosexualidad reñida con la hombría de los pueblerinos y las costumbres ancestrales. Una película que no subraya ni explica nada demasiado, pero que ofrece todos los elementos para que el drama funcione y el montaje fluya, sin bajones de interés, captando con una hermosa naturalidad y hermosa fotografía (que estiliza al máximo los colores que la trama le ofrece) momentos de cotidianidad en esta comunidad. Apenas tres momentos realmente poéticos, pero situados de manera azarosa en puntos de giro narrativos clave. Sensible e intensa sin ser nunca morbosa o meliflua, tampoco cruel o amigable, ni fría. Pero sin retractarse de reflejar la homosexualidad con la fisicidad necesaria. Sus personajes se muestran matizados, profundos, reales. Y el conflicto sexual, se comparta o no, afecta a nivel emocional sin buscar la lágrima ni el impacto explosivo pero sí la incomodidad, adversidad y el dolor. Una película silenciosa que halla en los sonidos y cerradas imágenes de las rutinas diarias los grandes elementos que tornen su diégesis en mundo arrobador.
Si bien su tono y personalidad estética y narrativa la hacen sentirse natural, elementos no escasos de su trama pueden epatar al espectador en tanto discurso de manual de concienciación sexual, idéntico defecto, aunque mermado, de Luz de Luna. Y el argumento, si bien no se desarrolla a base de la reproducción de clichés de cine social, sí que experimenta un desarrollo que, salvo su conclusión, difícilmente sorprenderá a nadie. Y si bien se deja en fuera de campo los momentos más escabrosos, su alargada presencia igualmente en la escena incordiará a espectadores sensibles, que bien podrán considerar que el filme reitera sobremanera sus momentos de pasión y dolor físicos. En suma, ningún elemento del filme, en última instancia producción modesta, invita a que se la etiquete como clásico, pero el filme no es un conjunto de extraordinarias parte sino un todo muy compacto.
Lírica, directa y seca, La herida no revoluciona los parámetros del cine homosexual, pero narra su historia con estética, verismo y poderosa personalidad.
- Título: La herida/Inxeba
- Dirección: John Trengove
- Guión: Malusi Bengu, Thando Mgqolozana y John Trengove
- Actores: Nakhane Touré, Bongile Mantsai y Niza Jay Ncoyini
- Dirección de Fotografía: Paul Ozgur
- Música de: João Orecchia
- Estreno: 15 de diciembre de 2017
- Duración: 88 minutos
- Web Oficial: http://www.imdb.com/title/tt6333070/combined
- Nota: 7,5/10