Ya de nuevo instalado en la rutina de la vida cotidiana, además en Madrid, se acabaron las maratones festivaleras y volvió el mundo de visionados caseros, visitas al cine con amigos y, en este caso, pases de prensa. En esta ocasión, gracias al favor de las buenas gentes de la distribuidora Surtsey films, acudí al Instituto Francés de Madrid a visionar un filme francés precedido por estupendas críticas: El jardín de Jeannette/Une vie, adaptación del relato Une vie de Guy de Maupassant dirigida por Stéphane Brizé y presentada el año pasado en el Festival de Venecia (una película más que, al igual que el Amor carnal de Amirpour o la interesante Brimstone, están siendo distribuidas un año después de su premiere en la ciudad italiana). Película de premisa interesante y atractivo aspecto formal, cuyo director invitaba al optimismo y que tristemente había sido olvidada. El silencio nunca es buena señal, pero tengo debilidad por el cine de época pequeño. Y una vez visionada, sin haber vivido una experiencia transformadora ni haber sido atrapado a la pantalla por una obra maestra, sí que agradecí la oportunidad de disfrutar de una película concisa, delicada y facturada con mucho gusto. Lenta y parca, la efectividad dramática de su contención es todo un logro cinematográfico de tono y recreación histórica.
Jeanette (una Judith Chemla excelente) vive en la villa de sus padres en la Normandía de 1819. Es joven y entusiasta, con muchos sueños por cumplir, y pronto contraerá nupcias con un vizconde. Pronto descubrirá que es un hombre mezquino e infiel, que la abandonará por su sirvienta Rosalie. Su hijo Paul también la dejará a los quince años de edad, y sus padres morirán. Abrasada por las deudas, el dolor y la soledad, tan sólo su jardín y la esperanza de otro niño le mantendrán la alegría de vivir. Un pictórico ejercicio de retrato de las penurias femeninas en otro momento histórico, y una adaptación pausada y sencilla, sutil, independiente y cargada de densa tragedia. Tragedia narrada con elegancia y atención por el detalle, usando un formato cuadrado que reduce los elementos del cuadro a la mínima expresión y fomenta el trabajo dramático del intérprete, humilde y contenido pero creíble. Una descomposición de los elementos del cine histórico a su versión más reducida e impresionista, un filme nada grandioso ni embellecedor de los escenarios que filma, parcos pero hermosos, con un logrado trabajo sonoro de sonidos ambiente y melodías de cuerda. Tragedia dura pero nada cargante, abierta a la esperanza, y cine asceta sin alardes técnicos pero de experimentado uso del lenguaje. Un ejercicio sincero que vive por sí sólo, más allá de Maupassant.
Si bien destaca por su propuesta formal, sus elementos argumentales son conocidos y familiares dentro del género, y sus virtudes no sorprenderán ni provocarán gran goce en un cinéfilo curtido en filmes de autor de este tipo. Su variedad tonal o emocional es monocorde, y esta tristeza sumada a un ritmo tranquilo y un relato directo y conciso brindarán para muchos espectadores una experiencia lánguida. El filme, para bien o para mal, no va más allá, y si su ejecución es redonda, la misma nunca vuela alto. Esta sencillez es entrañable, pero en estos tiempos de saturación cinematográfica resulta difícil salir del anonimato si no se da el resto. De lo contrario, sucede con este y tantos otros ejemplos, el filme queda relegado a un cierto éxito en el circuito de festivales para ser olvidado después.
Delicada, preciosista, triste y luminosa, El jardín de Jeannette no aporta nada nuevo al tablero, pero no puedo sino dar mi apoyo a estas perlas honestas, de deliciosa ejecución.
- Título: Une vie
- Dirección: Stéphane Brizé
- Guión: Stephane Brizé y Florence Vignon. Basado en un relato de Guy de Maupassant
- Actores: Judith Chemla, Jean-Pierre Darroussin, Yolande Moureau
- Dirección de Fotografía: Antoine Héberlé
- Música de: Olivier Baumont
- Estreno: 6 de octubre de 2017
- Duración: 119 minutos
- Web Oficial: http://www.imdb.com/title/tt5078134/combined
- Nota: 7,2/10