Llega el estío, y con él, las ansías renovadas de recuperar la actividad perdida en esta web. Como bien sabréis los seguidores más fieles, en 2019 me estoy implicando mucho en mi faceta de divulgador cinematográfico en Youtube. Uno de los aspectos negativos que ha conllevado ha sido poder dedicarle menos tiempo a estas críticas escritas. Pero me debo a este proyecto, el navío madre y la punta de lanza de mi actividad, y de un modo a otro siempre me podréis seguir leyendo. Por ello, allí dónde hace más de dos meses que no teníais ninguna reseña del Unknown, ahí van dos en una semana. El Unknown, ya sabéis, ese festival casero de cine ignoto organizado con amigos críticos. Un viaje de cine que deja siempre pinceladas de interés, pero que no acaba de arrancar en términos de calidad neta. El siguiente filme que pude ver en su totalidad de la programación resulta muy oportuno para estas fechas, en las que se celebra en Madrid la multitudinaria fiesta del Orgullo. Esta era el documental chileno Naomi Campbel, película más votada de la selección del gran Manuel Barrero. Filme del que poco sabía más allá de la sinopsis, pero que tenía considerable buena pinta. El visionado se produjo con demora, pero con esperanza. Y pese a que más que nunca aprecio objetivamente las beldades técnicas y expresivas de las producciones, pocos elementos encontré en esta para el solazamiento. Del que hoy os hablo es un documental directo y costumbrista, tan honesto como también escaso en matices. Un calvario en vida tan seco como inane.
Pero cada cosa a su tiempo. Y en primer lugar, el cortometraje. El que acompañaba a esta película era uno animado, La muerte de las luciérnagas, de Camila Rodríguez Triana. Historia de 15 minutos de una muchacha recluida en un edificio de hormigón, sobre el que llueve y aploma un tiempo nefasto, en el que tras la tempestad y el blanco y negro llega la mañana, la calma y el color. Brilla el estilo de la animación, sostenido a base de estampas dibujadas a mano unidas para crear movimiento a partir de constantes disoluciones cruzadas, logrando también el efecto a través de un notable diseño sonoro. Poco impacto emocional y sustancia argumental que rescatar, pero harto gratificante de ver. 6,5/10. Sumerjámonos en Naomi Campbel. Yemen trabaja como tarotista, vive en La Victoria y roza la cuarentena. Es una persona transexual, y desea someterse a una plena operación de cambio de sexo. Tras una infructuosa búsqueda probará suerte en un reality de cirugía plástica, mientras su vida cotidiana se tornará en un infierno de odio e incomprensión. Una historia anclada en la realidad y llena de verdad sobre el empeño de la raza humana por aislar al diferente y no aceptar las diferentes naturalezas que se producen entre sus integrantes. Pocos temas más candentes en el audiovisual del hoy como la identidad sexual, su aceptación y liberación y la manera de integrarse en la sociedad de aquellos individuos con sexualidades no normativas. A la hora de encarar el polémico asunto, Naomi Campbel no se anda con cortapisas, mostrando de manera sórdida y despojada de ornamentos estilísticos la dureza del día a día de su protagonista. El estilo documental le va como un guante, dotando al filme de una inmediatez y gravedad que le dan cuerpo dramático, dando la sensación de observar la vida misma sin por ello descuidar los encuadres de los planos. Además tenemos juegos de texturas, pues Yemen gusta de grabar fragmentos de su rutina en VHS. Filme curioso, vaya.
Sus virtudes son innegables, su fin necesario y sus intenciones nobles. Pero los objetivos se logran antes de la hora de metraje. Sus instancias narrativas y la manera de sucederse por estructura argumental resultan estándares dentro de su subgénero, y la protagonista nunca llega a un punto de transformación relevante en su arco dramático que dé satisfacción a los espectadores que la acompañan en su viaje. Y sus escarceos con el vídeo casero apenas se reducen a apuntes caprichosos en el devenir del relato. Ningún personaje que acompañe a Yemen tiene relevancia alguna, y una vez se presenta su mundo el filme pierde su frescura. Escenas de cine de lo real como escasos retazos de sustancia. Película de objetivos encomiables, pero que se queda en una medianía.
Dura, íntima y afectada, Naomi Campbel es un retrato de sexualidades en conflicto que no sabe gestionar el devenir de su metraje.
- Título: Naomi Campbel
- Dirección: Nicolás Videla y Camila José Donoso
- Guión: Nicolás Videla y Camila José Donoso
- Actores: Paula Dinamarca, Ingrid Mancilla, Josefina Ramírez, Camilo Carmona. Documental
- Dirección de Fotografía: Matías Illanes
- Música: Sin determinar
- Estreno: Sin determinar
- Duración: 85 minutos
- Web Oficial: https://www.imdb.com/title/tt3611306/reference
- Nota: 6,1/10