Hardcore Henry – Videojuego fílmico

En 2017, Cine, Críticas by Néstor JuezDeja un comentario

Independientemente del aspecto que puedan tener, cuando una película apuesta por un dispositivo narrativo poco común o innovador es improbable que no capte mi atención en cierto grado. Y ya desde finales de 2015 había echado el ojo a esta película de acción rusa: Hardcore Henry, la primera película de la historia filmada en primera persona, de modo que nunca vemos al protagonista, sino a sus manos y piernas, y todo lo que sucede se ve desde su punto de vista y sucede ante sus ojos. Una narrativo muy típica en los videojuegos de tiroteos. Lleva más de un año difundida por el mundo, y no sólo no fue estrenada en casi ningún sitio, sino que además recibió escasa mención de la crítica y la prensa. Pero un servidor, seguidor de Sitges y la Muestra Syfy, no tenía un interés loco en ver la propuesta de Ilyia Naishuller pero tampoco me iba a negar si surgía la ocasión de verla. Uno está abierto a nuevos horizontes, y cree que el medio audiovisual aún puede dar más de sí. Y lamentablemente, poco hay más allá de la curiosidad del dispositivo narrativo. Pues si bien el impacto primero del rompedor punto de vista y se presenta el mecanismo de este reloj, nada de valor nos brinda durante el paso de los minutos. 

Henry es un cyborg malherido de cuerpo cercano a la muerte devuelto a la vida como supersoldado (con pérdidas de memoria) gracias al buen hacer de una compañía tecnológica, en la que quién dice ser su mujer le está implantando una pierna robótica. Desde el primer minuto tendrá que escapar del antagonista Akan, un telequinético propietario de la macroempresa, y luchar en una guerra sin cuartel contra su ejército de acólitos por las calles de Moscú con el apoyo de Jimmy (un histriónico y desatado Sharlto Copley) y sus múltiples clones, entre los cuales se traspasa la conciencia. Una película que se desenmadeja como una montaña rusa de explosiones, peleas, tiroteos y demás salvajadas, en una constante persecución a vida o muerte que se implica de lleno en hacer vivir emociones fuertes al espectador desde la comodidad de su asiento. Una lucha por la supervivencia por escenarios desangelados y hostiles, dónde se desatan todos tipos de violencia extrema, presentados desde un enfoque banalizador, raudo y descerebrado, en una propuesta que no se toma en serio a sí mismo y busca la más pulsional diversión del cine de acción.  El fresco dispositivo de la primera persona logra desubicarnos y marearnos, y que vivamos la acción con una mayor tensión e incomodidad, en un ejercicio que acertadamente abraza el exceso y la hipérbole en sus escenas, explotando al máximo una perspectiva que sufre de marcadas limitaciones. Y ofrece lo que promete sin engañar a nadie, filmando con planos oblicuos de gran angular de Gopro un videojuego en carne y hueso, con lo bueno y lo malo que ello conlleva. 

Pasado el primer quinto del metraje, nada nuevo se ofrece para enriquecer la propuesta, y el filme sigue subsecuentemente una irritante dinámica de acumulación, ofreciendo una escena de acción desenfrenada tras otra sin enriquecer el formato, dar respiro alguno o dejar que el escaso argumento se represente de una manera coherente.  Los personajes son risibles, los medios propios de la Serie B, la dirección artística paupérrima y la sensación genérica es de agotamiento, estiramiento e irritación, en una película que innova con un formato que puede perfeccionarse y utilizarse para contar una historia con mayor interés, y si bien igual de macarra, menos inmadura y burda, y ejecutado con recursos menos obvios y efectistas. Finalmente estamos viendo un videojuego en modo experto, con los detrimentos narrativos que conlleva, y con la desventaja de carecer de la interactividad por tratarse de una película. 

Ultraviolenta, explosiva y frenética, Hardcore Henry es pionera en su propuesta, pero abre un camino a ser perfeccionado, pues sería una lástima que quedase enterrado en este magro divertimento. 5/10

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