Una vez concluida la excelente Castillo de naipes, necesité devorar con premura otra serie de gran calidad para llenar ese vacío. Me he adentrado de lleno en el fascinante mundo de las últimas iteraciones de este formato, y asumo con convicción que ya no hay vuelta atrás. La siguiente en la lista era un proyecto radicalmente distinto al anterior, y uno que a día de hoy engloba tres temporadas distintas entre sí e independientes la una de las otras: me refiero al homenaje televisivo del showrunner Noah Hawley a esa obra pilar del último cine estadounidense engendrada por los hermanos Coen hace ya veinte años llamada Fargo. Un acercamiento a la obra que buscaba no tanto una continuación argumental o reiteración temática sino un experimento dentro de los márgenes de la mitología e iconografía ya delimitada en el filme, mediante el cual recuperar la atmósfera de aquella a través de elementos comunes reconocibles. Un planteamiento conceptual que ya de inicio captó mi atención, y el interés creció de manera exponencial tras las recomendaciones entusiastas de algunos de mis conocidos. Por tanto visioné los diez episodios de esta intriga cocida a fuego lento en un tiempo récord. Y si bien el hechizo no llegó en sus primeros compases, y la adicción que me produjo no se acercó a la de los Underwood, mi implicación emocional se intensificó conforme avanzaba la trama, y la satisfacción al llegar el desenlace fue plena. Este crisol de individuos grises y telarañas de escabrosos incidentes sobre un sórdido paisaje nevado consigue crear una personalidad propia manteniéndose cercana igualmente al filme homónimo, con el que sólo comparte clima y ciudad. Un acercamiento sin glamour ni estilización al mundo del crimen.
En enero de 2006, el fracasado y pelele vendedor de seguros Lester Nygaard (un hilarante Martin Freeman) coincide en la sala de espera del hospital de Bemidji, Minnesota con el inquietante sicario Lorne Malvo (un extraordinario Billy Bob Thornton), quién le incita a asesinar al hombre que acaba de agredirle. A partir de este fortuito encuentro se sucederán una serie de brutales e insospechados asesinatos conectados por estos dos hombres, envueltos de un misterio y anomalía que procurarán desentrañar la eficaz y nada apoyada adjunta de policía Molly Solverson (una Allison Tolman digna heredera del espíritu de la Gunderson de Mcdormand) y el tímido oficial Gus Grimly (Colin Hanks). Una historia de investigaciones policiales aderezada con fino humor negro y sórdido y explícito acercamiento a la violencia. Una madeja de persecuciones, depredadores y planes en la sombra, ocultos en las sombras de una población tranquila de gentes humildes en la que nunca para de nevar. En cuanto a virtudes, gran guión de Howley, y soberbia música de Jeff Russo. La dirección artística y fotografía rinden con eficiencia. Grandes personajes, sin olvidarnos de sus familiares y sus intenciones, gozando también con Keith Carradine y Bob Odenkirk (sin olvidar el simpático cameo de Key y Peele, futuro director de Déjame salir). . Un argumento de distinta época, personajes y argumento, pero idénticos villanos brutos y parcos en palabras, idéntica brutalidad sórdida e idéntico escenario nevado devenido en un personaje más. Un retrato corrosivo de una parte ignorada pero innegable de la realidad estadounidense.
Si la fuerte apuesta por el humor negro es el mayor activo de la serie, su cinismo es la cara de la moneda que puede ser interpretada como su mayor defecto, pues sin duda asistimos a amplios despliegues de violencia y negrura humana desde un enfoque banalizador. La crueldad de sus personajes y la ligereza con la que prestamente se les muestra heridos o muertes dañará a los más sensibles, y aquellos que no sepan abrazar ficciones de personajes mezquinos. La baza del argumento escabroso es un recurso efectista que molestará a más de uno, así como la elección autoral de narrar con un ritmo de montaje pausado, contemplativo. Y un producto tan americano, con un ambiente rural de malsana calma y cutrerío, causará los recelos del crítico europeo, deseoso de haber hallado una mayor excelencia formal en el proyecto. Todo ello, sin embargo, problemas menores ante un producto tan cuidado y exitoso a tantos niveles, homenajeando y pregnando el alma de la película y el imaginario coeniano y haciéndonos salir de nuestra zona de confort, en un argumento impredecible en el que nadie está a resguardo y la futilidad y la desgracia acecha a estos brutos truhanes.
Profunda, inquietante, divertida y mordaz, la primera temporada de Fargo es un ejercicio narrativo depurado y rico, que capta nuestro interés y nos seduce con sus personajes conforme teje su irónica trama.
- Título: Fargo. Season 1/T1
- Dirección: Adam Bernstein, Randall Einhorn, Colin Bucksey. Creado por Noah Hawley
- Guión: Noah Hawley
- Actores: Billy Bob Thornton, Martin Freeman, Allison Tolman, Colin Hanks
- Dirección de Fotografía: Dana Gonzales, Matthew J. Lloyd
- Música de: Jeff Russo
- Estreno: 12 de octubre de 2014
- Duración: 50/60 minutos. 10 episodios
- Web Oficial: https://www.fxnowcanada.ca/shows/fargo/
- Nota: 8,2/10
Comentarios
Estupendo.He visto la serie y coincido en la crítica.Distinta a la película pero con coincidencias en la estructura.Muy buena y meticulosa critica.