Tras un primer contacto con Kawase, mi segundo pase con la distribuidora Bteam Pictures era para ver una película muy esperada: el drama ruso Demasiado Cerca, ópera prima de Kantemir Balagov producida por Aleksandr Sokurov y galardonada con el premio FIPRESCI en la sección Una cierta mirada del último Festival de Cannes y premiada con una mención a su actriz protagonista en la sección Zabaltegui del último Festival de San Sebastián. Una película pequeña recibida con tremendo aplauso crítico que nos acerca a la insondable y siempre apasionante cultura rusa, en concreto a conflictos tribales de finales de los 90. Una película de la que nada sabía de tono, y poco de trama, pero que venía precedida de un boca a boca tan positivo que no pude evitar ansiar verla. Y en última instancia, confirmar con presteza mi asistencia al pase conforme me lo ofrecieron. Y efectivamente, no podía esperar lo que me encontré. Y no llegué al punto de fascinación, pero sí que no pude evitar inclinarme con respeta ante la calidad que atesoraba el filme que acababa de ver. Y comprendo que en primera instancia el entusiasmo no se contagie, pues Demasiado cerca es una película nada fácil de ver y asimilar, inclasificable. No es drama, costumbrismo, romance o entrada a la madurez, y todos a la vez al mismo tiempo. Sí que es una poderosa muestra de libertad y realidad humana, un retrato de personajes acerado y un mosaico sociológicamente sabroso de comunidades humildes y culturas herméticas.
La joven Ilana (una excelente Darya Zhovner) es una judía rusa que trabaja en un taller mecánico con su padre. Viven en Nalchik, Caúcaso Norte, en la república de Kabardia-Balkaria, en 1998. La noche en la que su hermano David se promete con su futura esposa Lea, estos son secuestrados a cambio de un cuantioso rescate. Ante la ajenización de su comunidad judía, sus padres se ven forzados a vender el taller. Ante la falta de su hermana, la relación de Ila con su entorno familiar y amoroso torna volcánica e insostenible. Un relato de conflictos étnicos entre judíos y Kabardinos, y un reflejo del conflicto entre tradición y juventud. Una representación de una adolescente rebelándose, fresca y viva, contra las ataduras de su cultura, las precariedades de su situación económica y los desprecios que las etnias se profesan. Un filme pequeño y modesto que recrea a la perfección una época y ambiente específico. Desde el aspecto visual, de colores contrastados y sucios, a las melodías escogidas, los fragmentos en vídeo VHS que vemos proyectados en las televisiones o el formato cuadrado de la película. Un ejemplo excelente de como sacar rédito a los medios económicos de los que se dispone para lograr una película que, aunque se ve humilde, presenta un estilo visual homogéneo y muy personal. Una película sensible y dramática que, pese a todo, nunca pierde la sonrisa y el cariño entre personajes. Y pese a su narrativa seca, brinda un puñado de momentos innegablemente poéticos. Conocemos una ciudad, una familia, unas diferencias fundamentalistas religiosas desoladoras, pero todo se reduce a la fuerza personal de Ilana como elemento que hace al filme funcionar. Una joven que, desde su feminidad, choca con su madre no deseando vestir a su gusto ni seguir el comportamiento que la tradición indica, ni enamorarse de quién le dicten, Una película impredecible, de desarrollo libre y caótico, como es el proceder de esta doncella extraviada, y no especialmente trepidante o rauda, pero que seduce a través de su naturalismo y la frágil humanidad de sus habitantes.
Como consecuencia lógica de esa libertad y conducta disruptiva de su argumento, la película no desarrolla por completo ninguna de las subtramas planteadas. Los temas de violencia religiosa apenas quedan reducidos a un apunte prescindible, y su romance con Zalim queda, pasada la mitad del metraje, estancada, sin evolucionar de un punto concreto o de los arranques impulsivos de Ila. Es su relación familiar el aspecto más trabajado, en un inicio y final que son lo más redondo del filme, aún sin entrar en una dinámica de drama social que hubiera resultado tediosa. Y ese secuestro que atrae al espectador como caramelo de la premisa no es sino una excusa para modificar la situación de Ila hacia una peor, de modo que queda en un segundo plano que le resta el interés que pudiera haber tenido, malogrado cuando ambos enamorados se reencuentran con la familia.
Dura, poética y culturalmente sabrosa, Demasiado cerca es un crisol cultural que exige visionado paciente, pero el espectador abandonará la proyección afectado y enriquecido, obligado a reflexionar y empatizar con difíciles realidades.
- Título: Demasiado cerca/Tesnota
- Dirección: Kantemir Balagov
- Guión: Kantemir Balagov y Anton Yarush
- Actores: Darya Zhovner, Olga Dragunova, Artem Tsypin, Nazir Zhukov, Veniamin Katz
- Dirección de Fotografía: Artem Emelianov
- Música de:
- Estreno: 22 de diciembre de 2017
- Duración: 118 minutos
- Web Oficial: http://www.imdb.com/title/tt6777056/combined
- Nota: 7,6/10