Superando prejuicios y situando en perspectiva contextos de producción y expectativas artísticas, la presencia en las carteleras de propuestas originales de terror puro es siempre un síntoma de salud en la oferta cinematográfica. Más aún si no viene acompañada de una propiedad intelectual o inspiración iconográfica reconocible y, además, no proviene de las latitudes habituales. Trabajo el que nos ocupa que supone la confirmación de un realizador que ya recibió aplausos con su anterior largometraje. Para abrir boca en 2024, entramos en materia en enero con la última ganadora del Festival de cine fantástico de Sitges: Cuando acecha la maldad, producción argentina dirigida por Demián Rugna. Una olla a presión a pequeña escala que propone un viaje a contrarreloj contra la epidemia demoníaca sin guiarse para ello de rumbos preexistentes. Un puñetazo al estómago de perversión e inevitabilidad demoníaca de intachable coherencia interna.
Anegados por tantos ejemplos de horror con ínfulas y falsos dramas vestidos de fantástico, Cuando acecha la maldad ofrece un montaje sin grasa, puro músculo y festival estremecedor del mal desde el primer minuto hasta el último. Sin desvíos ni redenciones posibles. Una propuesta alejada de adornos o embellecimientos técnicos que traza una densa atmósfera de congoja pegajoso durante todo el metraje, y que en su huida desesperada avanza siempre hacia delante, construyendo personajes durante el camino. Y ante todo, el ingrediente mas impactante de la película es su capacidad para construir una iconografía propia que, sin ser especialmente rompedora, resulta fresca por la naturalidad con la que se introduce o desarrolla. Amenaza de actitud implacable y naturaleza múltiple, contra la que se establecen unas normas precisas de prevención que en caso de no ser aplicadas conllevan una serie de nocivas consecuencias que el relato exhibe en cascada una a una. Fantástico alrededor de la consabida batalla eclesiástica Dios-Diablo que adquiere visos contemporáneos gracias al coronavirus y se sirve de las condiciones geográficas y sociales de la Argentina rural para definir los adustos rasgos de su personalidad fílmica. Encarnados purulentos y familias desgarradas.
Si bien convence por directa y por su concreción tonal, cabe achacarle a Rugna su incapacidad para componer imágenes de peso. Tanto por su modestia como su concepción de base, el discurrir expeditivo de la narración augura una fragmentación dinámica pero impide movimientos de cámara o encuadres sugerentes. Es, para bien o para mal, un filme simple. Y debiendo tanto a sus golpes de efecto, cabe pensar que la producción no sostendrá con convicción segundos visionados. Es una de tantas propuestas que no traspasa el género al que pertenece, pero que a su vez es un referente modélico de muchas de las virtudes que este ofrece. Angustia sin diluir para espectadores temerarios.
Descarnada, rural y concisa, Cuando acecha la maldad exhibe un pulso encomiable para confrontarnos con posesiones demoníacas, sin alardes expresivos pero definiendo una esencia genuina.
- Título: Cuando acecha la maldad
- Dirección: Demián Rugna
- Guión: Demián Rugna
- Actores: Ezequiel Rodríguez, Demián Salomón, Luis Zembriowski, Silvina Sabater, Marcelo Michinaux
- Dirección de Fotografía: Mariano Suárez
- Música: Pablo Fuu
- Estreno: 19 de enero de 2024
- Duración: 99 minutos
- Web Oficial: https://www.selecta-vision.com/catalogos/cuando-acecha-la-maldad/?prensa/
- Nota: 6,7/10
Comentarios
Shining
Mejor ver un clásico mil veces que mil zarandajas una vez.