Aquellos que no podemos asistir con regularidad a los grandes festivales de cine perdemos la oportunidad de degustar perlas escondidas, pues no todas las películas de los mismos reciben estreno comercial. El aplauso crítico les ayuda a llegar a las grandes pantallas, pero las propuestas más radicales o polémicas que quedan en aguas turbias a nivel mediático quedan relegadas al olvido. Tal es el caso del western coproducido entre EEUU y Holanda Brimstone, dirigido por Martin Kolhooven, vista en Venecia y de seductor aspecto, que captó mi interés desde el principio. Una mezcla genérica (western, thriller psicológico y derivas al sado) que escasea en nuestros días y cuyo reparto y premisa auguraban cuanto menos un cóctel sugerente. Las dudas hacia el resultado final eran evidentes y sustentadas, pero era inevitable que la viese tarde o temprano. Y para bien o para mal, su visionado fue una experiencia intensa y psicológicamente estimulante. Ya que si su tono, atmósfera y desempeño técnico son excelentes, su punto de vista narrativo morboso y obvio le restan eficacia, pero no la impiden ser una película harto interesante.
En el viejo oeste americano, Liz (interpretada en su edad adulta por una siempre estupenda Dakota Fanning, enterrada en el olvido, en detrimento de su también sublime hermana Elle) es una parturienta muda que vive con su marido e hijos en un tranquilo pueblo. Pero la llegada de un inquietante predicador (un espeluznante Guy Pearce constantemente a un paso de la sobreactuación) al pueblo desestabilizará la quietud de su hogar, revolviendo los cimientos de la institución familiar y desenterrando lacerantes heridas de un pasado que intentó enterrar. A través de cuatro capítulos desarrollados a lo largo de varias décadas asistiremos a una sufrida huida de un ratón temeroso de que el gato le aniquile en un ambiente hostil, dónde los vínculos de los personajes son más profundos de lo que parecen. Una tragedia macabra y sufridora de mujeres torturadas y maltratadas en distintas instancias de la sociedad, legitimados sus maltratadores por el matrimonio, el oficio de prostitución o la Iglesia católico. Un ácido relato sobre el fanatismo religioso y un relato de empoderamiento femenino que no da a su protagonista un momento de respiro, haciéndola pasar por diversos estadios de una vida de sufrimiento. De antemano, la atmósfera opresiva y el ritmo del relato hipnotizan a un espectador que siguen las dos horas y veinte de incómodo metraje con fascinación, y la excelente fotografía de Rogier Stoffers y la triste melodía de Junkie XL , sin olvidar su dirección artística, contribuyen a dotar a un ya interesante argumento de una pátina de gozo audiovisual que ayuda a digerir el mal rato. Sus trabajadas interpretaciones aportan al thriller psicológico la intensidad dramática que requiere, y triunfa sobremanera en el plano emocional, transmitiendo al espectador el calvario de Liz y Joanna. Una historia densa y lenta pero impactante y hábilmente estructurada, que produce un logrado impacto emocional en el espectador y deja a nuestra psique reflexionando durante varios días.
Si bien la ejecución formal es de gran elegancia, su manera de relatar el argumento no lo es tanto, aquejando el producto de una tosquedad originada de lo evidente de todos los sucesos de la trama, que el espectador siempre espera un paso por adelante apenas se encuadra el plano. Si bien la historia demanda violencia y maltrato, hay un enfoque morboso y gratuito, con una perversidad entendida en el peor sentido y una presentación de la carnaza de un sadismo burdo y más propio de un cine de género menos sutil y elegante de lo que las formas de esta película precisan para que el producto cumpla sus pretensiones, que gravitan por encima de un todo al que se le ven las junturas. El mensaje emocional se habría transmitido de manera más eficaz con una contención de buen gusto, en lugar de con un subrayado regodeante y cruel, rozando el masoquismo.
Perversa, rugosa, trágica, violenta y descorazonadora, Brimstone es una película de elementos apasionantes y una experiencia rica, pero también un film desagradable e irregular que dejará fuera a mucha gente. 6,8/10