Ballerina – Convencionalismos y superación

En 2017, Cine, Críticas by Néstor JuezDeja un comentario

Gracias a A contracorriente films, pude ver un pase de prensa en los Cines Verdi de Madrid uno de los próximos estrenos: el último éxito del cine de animación francés Ballerina. Entre tantas películas de animación americana, muchas de ellas de cualidad cuestionable, es de agradecer un éxito popular del cine europeo que hacer ver a los jóvenes vástagos. No había ninguna expectativa para esta película, pues el aspecto no era halagüeño y pocos medios han opinado sobre ella en España, pero la ocasión me hizo aceptar el visionado de buen grado. Y disfruté de una película muy adecuada para los críos. Animada con profesionalidad y temáticamente muy válida, su historia de sano mensaje y tono motivacional la hacen muy disfrutable, pese a pecar de todos los clichés, estereotipos estructuras narrativas predecibles que uno puede imaginar. 

332Félicie (doblada por la maravillosa Elle Fanning) vive en 1880 recluida en un gris orfanato. Tras varios intentos, logra escaparse con la inestimable ayuda de su amigo Víctor (doblado por Dane DeHaan, muy divertido) y ambos toman rumbo a París con la intención de hacer realidad sus sueños: ser un inventor en el caso de él y ser una bailarina de ballet (Ballerina) de la Ópera de París en el caso de ella. Una vez en la urbe, Félicie acabará echando una mano a la coja limpiadora de una cruel dama a cambio de un lugar donde guarecerse. Cuando llega la carta de admisión de Camille Lehaut, hija de la tirana, en las clases de Ballet del profesor Merante, decidirá suplantarla para así poder hacer realidad su pasión. Pronto descubrirá que para ser una gran bailarina tendrá que trabajar mucho, y sobreponerse a todo tipo de obstáculos. Una historia de superación y amistad que prueba una vez más que con esfuerzo y pasión se consigue todo lo que te propongas, sea cual sea tu origen. Una película, para mi sorpresa, muy picadita, frenética, con un montaje fluido que pasa con celeridad de un punto a otro, dando una vivacidad que se siente más allá de los bailes, las escenas de acción o los momentos de slapstcik. Pero si algo destaca de esta enérgica película son sus carismáticos y competentemente desarrollados personajes. Desde la limpiadora madre y maestra con pasado bailarín, hasta el estricto pero con buen corazón Merante, el divertido e ingenioso, a la par que bondadoso, Víctor hasta acabar con la protagonista absoluta, una frágil pero determinada Félicie que es un personaje femenino fuerte muy necesario para el cine infantil. La recreación de un París con la Torre Eiffel y la Estatua de la libertad a medio construir está hecha con mucho mimo, y la dimensión visual de los hechos se muestra siempre grandiosa y filmada con vigorosidad. Las enseñanzas que se le dan a Félicie se impregnan en la audiencia, y las locuciones en off consiguen calar ese mensaje de épica y sacrificio. Todo ello aderezado con secuencias de baile muy bien coreografiadas.

Si bien la animación es competente, se encuentra lejos de los niveles de Pixar. Utilizar canciones pop como banda sonora es una elección estilística respetable pero, al buen entender de este redactor, burda y efectista, un método vasto para forzar emociones. Los personajes secundarios siguen los estereotipos de este tipo de cine (secuaz feote y descerebrado, alivio cómico, mala malísimo, guapo rimbombante…), y el desarrollo de la película sigue una estructura absolutamente predecible, en la que los ritmos de la historia se alteran en pos del impacto y en detrimento de la veracidad de los hechos narrados. La mala malísima, reminiscente de la madrastra de Cenicienta, deviene en un personaje violenta que querrá matar a nuestra protagonista en un clímax que no va a ningún sitio encajado en una acelerada y chapucera tercera parte, en la que Félicie recupera el papel de El cascanueces de la manera más aleatoria. Todos los momentos dramáticos se subrayan y obvian hasta la extenuación, dando a cada escena una farragosidad teatral que resta fuerza a los eficaces montajes de entrenamiento. 

De sano mensaje y moral bondadosa, Ballerina premia el esfuerzo y la amistad duradera más allá de las clases sociales y los prejuicios. Bien es cierto que se asemeja a muchas otras películas en su desarrollo argumental, y la banalización del paso del tiempo y de las emociones humanas le restan toda credibilidad, su cuidada factura visual y ritmo hacen de ella una película que llevaría a mis infantes a ver, si los tuviera. 6/10

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