No te preocupes, no llegará lejos a pie – Redención sobre ruedas

El mes de Junio en el caluroso Madrid ha sido un mes en el que, desde diferentes instituciones culturales de la ciudad, se han rendido diversos tipos de homenaje a la obra del realizador Gus Van Sant, director de extrema relevancia en los primeros 90 debido a su cine libre de convencionalismos y portavoz de culturas marginales y del nuevo cine queer. La totalidad de su filmografía se está proyectando en la Filmoteca, y una exposición de sus dibujos y diseños se está llevando a cabo en La Casa encendida. Y es aquí donde Diamond Films tuvo a bien organizar un pase de prensa de su última película: No te preocupes, no llegará lejos a pie, biopic de John Callahan que se estrenó en la última Berlinale. No estoy muy familiarizado con su obra, y lo poco que he visto no me ha hecho perder la compostura, pero sí que es un realizador interesante al que estoy dispuesto a darle más oportunidades con la mente abierta. Las críticas no eran entusiastas en ninguno de los dos sentidos, pero el tema guardaba interés, y las propuestas de índole más cómica siempre son muy agradecidas para desengrasar honduras dramáticas. Por ello, acepté de inmediato al pase, dispuesta a descubrir una sala diferente con una película que se sale de los registros más habituales que consumimos en esta web. Y el filme deparó una experiencia, a grandes rasgos, satisfactoria. No hablamos de una gran película, pero hablamos de una harto lograda. Un biopic más que logrado, con muy buena intención. Un relato narrado con muchas convenciones en su desarrollo y acomodado en el plano tonal y emocional, pero filmado con gusto y soluciones, e interpretado con mucho acierto. Una película que te atrapa y logra que tan sólo nos la cuestionamos tras el visionado, no durante. 

Nos hallamos en los años 70, en Portland, donde vive el joven y provocador John Callahan (Joaquin Phoenix, excelente una vez más), crítico y creativo, que encadena las noches en desfasadas fiestas. Al abandonar una de ellas con su amigo Dexter (un más que correcto Jack Black) sufre un accidente de tráfico, y queda tetrapléjico para siempre. Gracias a su oficio de caricaturista en periódicos y la compañía de la enfermera Annu (Rooney Mara) y del tutor de las reuniones de un club de alcohólicos Donnie (sobresaliente Jonah Hill) conseguirá rehacer su ánimo y construir una nueva vida feliz y realizada, en paz con todos aquellos con los que ha coincidido. Una historia de superación y optimismo basada en hechos reales, narrada con refrescantes aderezos de un humor muy atinado. Realización competente y hermosa fotografía, aunque cuando realmente brilla el filme es cuando recrea con animación los dibujos humorísticos de Callahan. El factor humano fluye logrado en el filme, en el que el resto del reparto rinde a un gran nivel. Personajes que respiran y se sienten reales, con los que empatizamos y que consiguen que viajemos con ellos con una sonrisa. Pocos biopics en meses recientes han conseguido sacar más miga de los hechos en que se basa, más desconocidos en este caso. 

La película, pese a su creatividad en la puesta en escena, no evita en absoluto ser extremadamente convencional a nivel narrativo, y emocionalmente blanda. El argumento jamás nos sorprende, y el espectador siempre va un paso delante durante su desarrollo. La subtrama romántica no tiene interés, así como empalidecen los momentos emotivos con los momentos más cómicos y caústicos. Es este el gran problema que arrastra la película, que pudiendo jugar a sorprendernos o revolucionar sus posibilidades formales y narrativas se conforma con ser agradable y ofrecer al espectador escenarios familiares. Lo cual puede ser suficiente dependiendo de lo que se busque de las películas que uno ve, pero es improbable que un cinéfilo avezado esté plenamente satisfecho con un filme estándar

Divertida, enternecedora y motivacional, No te preocupes, no llegará lejos a pie es una película un poco rutinaria pero desempeñada con gusto, oficia y buenas intenciones.