En este curso 2021-2022 sigo colaborando con Cinema Ad Hoc. En esta ocasión, adjunto unas líneas a la crítica de mi compañero Yoel Grobe sobre una de las grandes películas de animación de este curso; la melodramática y exuberante Belle; La ocultación hiper-visibilizada de Belle. Disfrutadla:
La ocultación híper-visibilizada de Belle
Su retrato de la angustia adolescente y su inseguridad a la hora de lidiar con su visibilidad en Internet son los elementos más apasionantes de una notable Belle. Ambientando su ficción a caballo entre el mundo real y un universo virtual frondoso lleno de color y apariencias físicas extraordinarias, Hosoda propone una atinadísima reflexión sobre las identidades de Internet, así como el comportamiento que los usuarios llevan a cabo bajo ellas. En un contexto tonal tan habitual en el cine de animación japonés contemporáneo como es el del relato melodramático entre adolescentes acomplejados y sumidos en tormentos psicológicos, se siembran las bases de una reflexión apasionante sobre los efectos tóxicos que sobre estas personalidades tienen las redes sociales, situando la acción en una realidad digital sumamente ambiciosa.
Toda una puerta de escape dónde todos pueden ser lo que quieren, donde su avatar permite expresar la mejor versión de sí mismos. Una ventana a una vida paralela dónde ser hipérboles de aquello que no pueden llevar a cabo en la vida real. Mundo sin barreras ni límites, donde hasta el más pequeño puede conseguir la mayor repercusión, siendo observado e idolatrado por todos los habitantes de esta realidad. Y sin embargo, esta maximalización de la persona se lleva a cabo desde una condición irrevocable: el anonimato. Miles de personas te ven, te juzgan, te emulan o persiguen, pero nadie sabe quién eres. Y no hay mayor amenaza hacia el personaje por parte de la autoridad de este mundo al que accedemos desde una aplicación que la de exponer nuestra identidad en el mundo real.
Dos son los pasos que la heroína debe llevar a cabo la protagonista de la poderosa Belle para superar las barreras autoimpuestas que la impiden ser feliz. Entrando en el universo de la aplicación podrá expresar en todo su potencial sus rasgos y aptitudes (otro análisis merecería el papel determinante que juega el deseo de cantar para revigorizar a sus personajes de confianza y poder). Y una vez esta placentera y explosiva híper-visibilización está asentada, el viaje del héroe sólo puede concluir desde la aceptación última de uno mismo, presentándose en tu esencia sincera ante la sociedad e integrando la opinión que todos ellos puedan tener de ti. La ocultación se destruye, ya no hay nada que esconder. Y si bien no dispongas para ello de una deslumbrante versión colorida de Matrix, o no te veas integrado en la dinámica de La Bella y la bestia, todos podemos aprender de esta experiencia y seguir sus pasos.
Néstor Juez