66º SEMINCI Día 1 – Amigas e ídolos caídos

En 2021, Eventos, Festivales y Muestras, SEMINCI by Néstor Juez1 Comment

Tras un 2020 amargo de incertidumbres, temor y encierros, 2021 fue el año en que Celuloides en remojo se atrevió a volver a cubrir festivales, regresando a territorios conocidos. Ya pude dedicar hace unas semanas casi una decena de entradas al Festival de San Sebastián, y a finales de octubre pude volver por un par de días a la fría pero siempre acogedora ciudad de Valladolid para asistir a las dos primeras jornadas de proyecciones de la nueva edición de la SEMINCI. Una oportunidad para saludar a familiares y para poder asomarse en primicia a algunas de las propuestas de los grandes festivales de la campaña del 2021 que, sin acabar de ser fastuosa, fue lo suficientemente atractiva para compensar el desplazamiento. Este sábado inaugural, con apenas cuatro largometrajes, fue menos provechoso que el día que le siguió, pero nos permitió descubrir uno de los títulos patrios más relevantes del año, una peculiar propuesta del siempre bienvenido cine balcánico y uno de los trabajos premiados en el último Cannes. Vayamos al detalle con la 66 SEMINCI 2021, Día 1. 

Como es tradición el sábado sólo es posible disfrutar de cuatro sesiones, y la jornada empieza más tarde, a las 11:30. En este caso, fue para ver la propuesta española con la que, en pase en el Teatro Carrión para acreditados, inauguraba la sección oficial de este 2021. Una de las pocas películas patrias presentes en la pasada edición del pasado Festival de Cannes, y un trabajo de sorprendente madurez considerando que supone el debut en el largometraje de su joven realizadora. Es Libertad de Clara Roquet un trabajo de consagración de las formas del cine catalán independiente arraigado en la ESCAC. Un sensible y poético drama costumbrista sobre la entrada a la madurez y la amistad siempre compleja entre personas de diferentes estamentos y contextos sociales y culturales. Una narración sensible y poética que traza un sugerente discurso femenino inter-generacional entre madre, hija y abuela de esta adinerada familia que veranea en la costa catalana. Un trabajo con múltiples elementos de criterio en su puesta en escena: cuidadas y pausadas panorámicas en la revelación paulatina de una casa donde se corren unas cortinas, encuadres distantes que permiten degustar la belleza del paisaje pero también las posiciones emocionales de cada personaje, o el lírico uso del silencio para remarcar la intensidad dramática de unas despedidas, la asimilación de sorprendentes partidas desde la mirada. La amistad de dos niñas a partir de las observaciones en conflicto, bañadas de admiración o deseo. Bien es cierto que la película funciona mucho menos a nivel argumental, pues hace uso de situaciones dramáticamente vulgarizadas desde el diálogo, momentos de impacto cercanos al estereotipo o situaciones de conflicto cercanas al lugar común. En cuanto a sensaciones emocionales no alcancé nunca la catarsis de las obras verdaderamente reveladoras, pero aún sin compartir el entusiasmo generalizado nos encontramos ante un trabajo valioso y maduro que merece bastante la pena. 

A las 16:00 de la tarde se produjo el primer encuentro con el Teatro Zorrilla y la edición de Punto de encuentro de esta edición. La elegida para tal ocasión fue Kelti,  debut en la dirección de largometrajes de Milica Tomovic que vio por primera vez la luz en la sección Panorama de la última Berlinale. Un singular y abrasivo ejercicio de cine político desde la pasión caótica y animal de los habitantes de la convulsa Serbia de finales de siglo. Una intensa noche recluida en un pequeño apartamento en el que, en paralelo a una fiesta de cumpleaños, los ya adultos padres reflejan en su comportamiento la actitud de los niños, mas rebeldes que unos hijos impertérritos y desconcertados con la tensión que les rodea. Un conjunto de amigos de infancia adentrados en la treintena que no acaban de hacerse grandes presos de la incertidumbre, la abrasiva efervescencia de sus ideales, el deseo cruzado, la impotencia o la frustración. Un desconcertante ejercicio epidérmico de caótica cochambre, bañada de matices culturales y ecos de la opresión y la convulsión política en dementes manifestaciones que afloran de las entrañas. Cámara cercana y planos cerrados en una película, tampoco lo neguemos, críptica y confusa, en la que resulta complejo conectar emocionalmente con sus antipáticos personajes. Pero siempre supone una estimulante sorpresa encontrarse con anómalos filmes de estas características. 

A las 19:00 llegó el turno de la segunda sesión para prensa de Sección Oficial del día, que por la tarde tenían lugar en el desapacible Teatro Cervantes. Los honores fueron para otra de las múltiples representantes del cine persa que cada año jalonan la programación vallisoletana: Un héroe, nuevo trabajo del talentoso y veterano realizador Asghar Farhadi que se hizo con el Gran Premio del Jurado (ex-aequo con Compartimento nº 6 de Juho Kuosmanen, también programada en la Seminci) en el pasado Festival de Cannes. Un ejemplo más en el recorrido de su talentoso director de asfixiantes y calculados dramas psicológicos sobre la estremecedora represión social que azota de diversas formas a los ciudadanos iraníes. Un retrato en profundidad de la inesperada exaltación social y posterior caída despiadada en desgracia de un héroe cotidiano. Una enfurecedora descripción de las miserias y las hipocresías sociales, así como de los peligros y castigos del escrutinio social y de la construcción del relato oficial desde los medios de comunicación y las instancias gubernamentales. Una película tensa, calculada y rica, con un portentoso y minucioso trabajo de guion. Una angustiosa escalada de tensión, rencor y violencia fútil donde merece mención propia el portentoso trabajo interpretativo de Amir Jadidi, cuya presencia física le permite resultar cautivador pero que gana enteros a la hora de transmitir fragilidad y pesadumbre. Sin embargo, este redactor echó mucho en falta la fineza de obras previas, la contundencia gramática de sus grandes películas. Su sobrecarga trágica resulta aquí más tosca y tremendista, disponiendo con crueldad los elementos para que los personajes atraviesen calvarios que bien podrían haber evitado. Múltiples secuencias se orquestan desde una querencia por la desgracia un tanto sensacionalista. Pero sobre todo, donde más sufre el filme es en sus recursos visuales, siendo un drama muy poco estimulante en su puesta en escena. Abrimos la película salivando con una primera secuencia llena de planos de movimiento y encuadre envolventes y dinámicos, propios de la medida y elaborada realización que Farhadi ofrecía en obras como El viajante, pero conforme esta finalice estas impresiones quedarán en un espejismo cuando la película se confirme como una sucesión de planos medios relativamente estáticos grabados en su mayoría con cámara en mano. Por lo tanto, un filme con un discurso rico e interesante, pero al que cabía exigirle mucho más. 

Y la jornada concluyó a una especialmente tardías 22:15 con otra sesión española de Sección Oficial en el mismo Teatro Cervantes. Un título programado fuera de concurso cuya inclusión en el festival quedaba justificada por el centenario del nacimiento del difunto Fernando Fernán Gómez: Viaje a alguna parte, documental dirigido por su nieta Helena de Llanos. Un impredecible diario-collage que revisita la figura del icono del cine español a través de la integración y combinación experimental del extenso material de archivo y de objetos de su legado en las acciones cotidianas de Helena a lo largo de varios días en la antigua casa de Fernán-Gómez y Emma Cohen. Un documental juguetón que hace las veces de tributo, bañado de recursos teatrales y literarios para ofrecer un atípico viaje por el recorrido artístico de Fernando impredecible pero lleno de afecto. Lamentablemente, es una propuesta complaciente y acomodada en la que tienen idéntica cabida las ideas ingeniosas como los tropiezos o las frivolidades. Su actitud desprejuiciada se funde con la intrascendencia, incapaz de tener cuerpo y relevancia artística por sí sola, siendo tan solo un mero apéndice. Una conversación plástica que se conforma con lo anecdótico y que a duras penas justifica desde sus características genéricas su condición de largometraje. En balance general, el trabajo más pobre que pude ver durante el periplo vallisoletano. 

Un día agridulce en el balance general, debido principalmente a las altas expectativas con algunas de ellas, pero prolijo al exhibir estilos asentados y nuevas voces que se expresan con presencia en el panorama del cine de autor. Realizadores jóvenes que sorprenden por su lucidez y vacas sagradas que comienzan a estancarse. Diferentes manifestaciones de cine independiente, conflictos de los 90 dejando ecos en el presente y un homenaje fílmico bastante errado. Mañana más y, ya os prevenimos, bastante mejor. 

Comentarios

  1. Sé lo que son tentaciones del demonio, y que una de las mayores es ponerle a un hombre en el entendimiento que puede componer y imprimir una crónica, sosegada o no, con que gane tanta fama como dineros y tantos dineros como fama y para confirmación desto, oh Néstor, quiero que en tu buen donaire me vengas con otro cuento.

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